Cuatro educadores son considerados los precursores de este movimiento: Jean-Jacques Rousseau, Pestalozzi, Froebel y Herbart; los cuáles pusieron las bases teóricas de la educación contemporánea que, en buena parte sigue vigente en la actualidad.
En esta corriente la fundamentación del proceso educativo no se basa en el miedo, o en un castigo, ni en el deseo de una recompensa, sino el interés profundo por la materia o el contenido del aprendizaje; el niño debe sentir el trabajo escolar como un objetivo deseable en sí mismo; la educación se propondrá fundamentalmente el desarrollo de las funciones intelectuales y morales, abandonando los objetivos puramente memorísticos ajenos a la vida del niño; la escuela será activa, se impondrá la obligación de promover la actividad del alumno; la principal tarea del maestro consistirá en estimular los intereses del niño y despertar sus intereses intelectuales, afectivos y morales; la educación será personalizada atendiendo a las necesidades e intereses de cada uno.
John Dewey padre de la psicología progresista es el representante de este movimiento, su interés principal en la educación es el niño. Expone que se debe comprobar el pensamiento por medio de la acción si se quiere que éste se convierta en conocimiento.
La educación es un proceso social por el cual la sociedad transite sus ideas, poderes y capacidades para asegurar sus exigencias y desarrollo.